La industria farmacéutica ha tenido un buen balance
después de unos meses de la entrada en vigencia del Tratado de Libre Comercio
con Estados Unidos. El presidente de Asinfar, Alberto Bravo, afirmó “que a pesar de todo ha existido una demanda
permanente, buena competencia y precios
moderados.”
Por su parte, otro de los representantes del sector,
Emilio Sardi, vicepresidente ejecutivo de tecnoquimicas, afirmó en una entrevista radial
publicada por Asinfar, que la industria farmacéutica ha salido bien librada con
el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos, que a ellos no les ha ido tan
mal, pero en últimas quienes han salido beneficiados no son sólo ellos como
sector, sino todos los colombianos, porque de este sector depende la salud de
46 millones de nacionales.
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A pesar de la entrada del TLC con Estados Unidos, las ventas
dentro de la industria farmacéutica se han mantenido estables.
Foto tomada de: google.com/imágenes |
“El
Tratado de Libre Comercio fue una gran irresponsabilidad del Estado
Colombiano. El Gobierno no hizo ningún estudio bueno para entrar a negociar el
TLC con Estados Unidos, ellos entraron a la negociación con los ojos vendados. No
hay estudios serios, sólo existen especulaciones de orden general”, comentó el
especialista. “Que nos esté yendo bien no es gracias al gobierno, sino a las
modificaciones que los demócratas realizaron en el Protocolo modificatorio del
tratado”, continuó.
Las
pérdidas más grandes que hubieran tenido, si las cosas se mantenían igual,
están en materia de propiedad intelectual. En el TLC se pactaron algunas
cláusulas muy onerosas para Colombia. En
resumen lo que se establecía para las entidades químicas era una exclusividad
en los datos de los medicamentos a favor de la industria norteamericana.
Los
efectos que podrían traer lo anterior, se hacen evidentes en un estudio
publicado por Ifarma en marzo de este año. En un informe denominado “Impacto de 10 años de protección de
datos en medicamentos en Colombia” se encontró que, en el escenario donde
la exclusividad en los datos es alta, el gasto promedio de la industria es de
$254.838.715.927 pesos anuales, en contraste con un escenario donde la exclusividad
no es alta, donde el gasto promedio es de $170.367.176.853 pesos anuales.
Allí
se demostró, que por lo menos para el
período 2003-2011, el impacto de la exclusividad de datos en Colombia sería de
más de $760.000 millones de pesos, lo cual se traduce en un promedio de más de
$84.000 millones de pesos al año, que correspondería al gasto anual del seguro
de salud de 146.000 colombianos.
En
resumen, en un mercado farmacéutico donde existan mucha exclusividad en los
datos de los medicamentos, eso se traducirá en el alza de los gastos y por
tanto el encarecimiento de la salud en el país.
Por
su parte el presidente de Asinfar afirmó “que las negociaciones perjudicaban
las finanzas del sector farmacéutico, porque generaban monopolios que
encarecían el sector a través de las patentes y las prórrogas de los períodos
de explotación.”, lo anterior sustenta el hecho de las consecuencias negativas
de las condiciones en las cuales el gobierno firmó el Tratado.
En
el mismo estudio se concluyó que “Colombia concede protección de datos con
exclusividad desde el año 2002. Esta concesión ha significado una carga
importante para los ciudadanos y para el sistema de salud, correspondiente a un
incremento de cerca de $400 millones de dólares, unos $800.000 millones de pesos
colombianos, en un país en el que el salario mínimo es de cerca de $600.000
pesos ( unos $320 dólares)”
Al
respecto, el presidente de Asinfar afirmó que “las patentes, para la industria
farmacéutica, se supone que funcionan como un incentivo a la investigación y a
la perfección del conocimiento, pero lejos eso de ser cierto, lo que se observa
es que son un criadero de monopolios que encarecen en generalidad el sistema de
salud.”
Además,
el presidente de Asinfar agrega que “al final las patentes debe quedar en manos
del Estado para financiar la investigación en materia de medicinas para que el
dueño sea la humanidad y no unas pocas empresas que han explotado la enfermedad
de una manera miserable”.
Por
otro lado en el sector lechero, Jorge Andrés Martínez, presidente de Asoleche,
ve que existen Retos y oportunidades de desarrollo con el acuerdo arancelario,
y que en general desde la industria láctea tienen una posición optimista de lo
que puede pasar con el TLC.
Para
el caso particular del sector Martínez manifestó que existen algunos beneficios
concretos, como por ejemplo que “el Tratado de Libre Comercio puede ayudar los
pequeños productores a traer maquinaria, alimentos y medicamentos con cero
arancel que refuercen a la industria reduciendo
los costos de producción”, es más,
“en la actualidad los costos son muy altos, estamos casi al nivel de
Francia”, afirmó el presidente de Asoleche.
El
tiempo que ha transcurrido no ha sido mucho desde la entrada en vigencia del
acuerdo, pero las reacciones no se hacen esperar. Para Asinfar y Asoleche las
cosas marchan bien, pero las expectativas a futuro no son muy alentadoras para
la industria farmacéutica ya que los beneficios que obtuvieron con el Protocolo
adicional son facultativos, la amenaza sigue allí. Por su parte el sector
lechero espera reducir sus costos de producción desde los pequeños productores.
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