lunes, 15 de octubre de 2012

El TLC en la industria farmacéutica: un juego perverso

Por: Carlo Fabio Sarmiento y Juan Pablo Acosta




La industria farmacéutica ha tenido un buen balance después de unos meses de la entrada en vigencia del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos. El presidente de Asinfar, Alberto Bravo, afirmó  “que a pesar de todo ha existido una demanda permanente, buena  competencia y precios moderados.”

Por su parte, otro de los representantes del sector, Emilio Sardi, vicepresidente ejecutivo de tecnoquimicas, afirmó en una entrevista radial publicada por Asinfar, que la industria farmacéutica ha salido bien librada con el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos, que a ellos no les ha ido tan mal, pero en últimas quienes han salido beneficiados no son sólo ellos como sector, sino todos los colombianos, porque de este sector depende la salud de 46 millones de nacionales.

A pesar de la entrada del TLC con Estados Unidos, las ventas
dentro de la industria farmacéutica se han mantenido estables.
Foto tomada de: google.com/imágenes 
“El Tratado de Libre Comercio fue una gran irresponsabilidad del Estado Colombiano. El Gobierno no hizo ningún estudio bueno para entrar a negociar el TLC con Estados Unidos, ellos entraron a la negociación con los ojos vendados. No hay estudios serios, sólo existen especulaciones de orden general”, comentó el especialista. “Que nos esté yendo bien no es gracias al gobierno, sino a las modificaciones que los demócratas realizaron en el Protocolo modificatorio del tratado”, continuó.

Las pérdidas más grandes que hubieran tenido, si las cosas se mantenían igual, están en materia de propiedad intelectual. En el TLC se pactaron algunas cláusulas  muy onerosas para Colombia. En resumen lo que se establecía para las entidades químicas era una exclusividad en los datos de los medicamentos a favor de la industria norteamericana.

Los efectos que podrían traer lo anterior, se hacen evidentes en un estudio publicado por Ifarma en marzo de este año. En un informe denominado “Impacto de 10 años de protección de datos en medicamentos en Colombia” se encontró que, en el escenario donde la exclusividad en los datos es alta, el gasto promedio de la industria es de $254.838.715.927 pesos anuales, en contraste con un escenario donde la exclusividad no es alta, donde el gasto promedio es de $170.367.176.853 pesos anuales.

Allí se  demostró, que por lo menos para el período 2003-2011, el impacto de la exclusividad de datos en Colombia sería de más de $760.000 millones de pesos, lo cual se traduce en un promedio de más de $84.000 millones de pesos al año, que correspondería al gasto anual del seguro de salud de 146.000 colombianos.

En resumen, en un mercado farmacéutico donde existan mucha exclusividad en los datos de los medicamentos, eso se traducirá en el alza de los gastos y por tanto el encarecimiento de la salud en el país.

Por su parte el presidente de Asinfar afirmó “que las negociaciones perjudicaban las finanzas del sector farmacéutico, porque generaban monopolios que encarecían el sector a través de las patentes y las prórrogas de los períodos de explotación.”, lo anterior sustenta el hecho de las consecuencias negativas de las condiciones en las cuales el gobierno firmó el Tratado.

En el mismo estudio se concluyó que “Colombia concede protección de datos con exclusividad desde el año 2002. Esta concesión ha significado una carga importante para los ciudadanos y para el sistema de salud, correspondiente a un incremento de cerca de $400 millones de dólares, unos $800.000 millones de pesos colombianos, en un país en el que el salario mínimo es de cerca de $600.000 pesos ( unos $320 dólares)”

Al respecto, el presidente de Asinfar afirmó que “las patentes, para la industria farmacéutica, se supone que funcionan como un incentivo a la investigación y a la perfección del conocimiento, pero lejos eso de ser cierto, lo que se observa es que son un criadero de monopolios que encarecen en generalidad el sistema de salud.”

Además, el presidente de Asinfar agrega que “al final las patentes debe quedar en manos del Estado para financiar la investigación en materia de medicinas para que el dueño sea la humanidad y no unas pocas empresas que han explotado la enfermedad de una manera miserable”.

Por otro lado en el sector lechero, Jorge Andrés Martínez, presidente de Asoleche, ve que existen Retos y oportunidades de desarrollo con el acuerdo arancelario, y que en general desde la industria láctea tienen una posición optimista de lo que puede pasar con el TLC.

Para el caso particular del sector Martínez manifestó que existen algunos beneficios concretos, como por ejemplo que “el Tratado de Libre Comercio puede ayudar los pequeños productores a traer maquinaria, alimentos y medicamentos con cero arancel que refuercen a la industria reduciendo  los costos de producción”, es más,  “en la actualidad los costos son muy altos, estamos casi al nivel de Francia”, afirmó el presidente de Asoleche.

El tiempo que ha transcurrido no ha sido mucho desde la entrada en vigencia del acuerdo, pero las reacciones no se hacen esperar. Para Asinfar y Asoleche las cosas marchan bien, pero las expectativas a futuro no son muy alentadoras para la industria farmacéutica ya que los beneficios que obtuvieron con el Protocolo adicional son facultativos, la amenaza sigue allí. Por su parte el sector lechero espera reducir sus costos de producción desde los pequeños productores.

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